"Un punto y una raya. Los dos signos gráficos más simples.
Que se transforman en sonido, un sonido de alerta, que se convierte en mantra a medida que evoluciona. Un sonido que tiene sentido junto con el silencio de sus bloques: el silencio se convierte en el tercer signo invisible, que comunica como el espacio entre dos notas. Transmisión de sonido o la luz, el código Morse predicho hace más de siglo y medio, la premisa de la era digital: la comunicación global para la humanidad.
Este es el código Morse.
Una llamada a través del piano. Mensajes de los sonidos que salen de su caja de resonancia, libre de navegar en el aire, y como el granito de arena para llegar a los hombres de todas las latitudes.
Los sonidos que salen de esta fotografía, formado por la espera y conducir hacia el futuro, aunque incierto.
Y la ira. Y la ira también. Una rabia que debe evolucionar en la conciencia, como la música tiene que ir más allá de nuestro presente y dar visiones alternativas y soluciones a nuestros problemas: otros nuevos mundos posibles.
Este es mi plan de llamadas.
El código Morse y el piano se unen para abrir y cerrar el álbum. En el medio está la música creada con mi alfabeto, cuyo objetivo es llegar a todo el mundo, e inspirado por mi convicción personal de que la única revolución real será la verdadera conexión dentro de la especie humana, no sólo la digital."
Que se transforman en sonido, un sonido de alerta, que se convierte en mantra a medida que evoluciona. Un sonido que tiene sentido junto con el silencio de sus bloques: el silencio se convierte en el tercer signo invisible, que comunica como el espacio entre dos notas. Transmisión de sonido o la luz, el código Morse predicho hace más de siglo y medio, la premisa de la era digital: la comunicación global para la humanidad.
Este es el código Morse.
Una llamada a través del piano. Mensajes de los sonidos que salen de su caja de resonancia, libre de navegar en el aire, y como el granito de arena para llegar a los hombres de todas las latitudes.
Los sonidos que salen de esta fotografía, formado por la espera y conducir hacia el futuro, aunque incierto.
Y la ira. Y la ira también. Una rabia que debe evolucionar en la conciencia, como la música tiene que ir más allá de nuestro presente y dar visiones alternativas y soluciones a nuestros problemas: otros nuevos mundos posibles.
Este es mi plan de llamadas.
El código Morse y el piano se unen para abrir y cerrar el álbum. En el medio está la música creada con mi alfabeto, cuyo objetivo es llegar a todo el mundo, e inspirado por mi convicción personal de que la única revolución real será la verdadera conexión dentro de la especie humana, no sólo la digital."
Cuando menos, curioso...
Seguro que algún músico y telegrafista que se asoma por aquí, disfrutará con las notas del artista y será capaz de intuir o tal vez escuchar mensajes en CW siguiendo este enlace.
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